Gracias al apoyo del departamento de ingeniería de Empresas Wenco, Wenco Sur fue pionera en Chile en introducir la tecnología de soplado para elaborar boyas para el cultivo de choritos y flotadores para balsas y estructuras.
Ello permitió reducir la cantidad de plástico usado en cada boya o flotador y eliminar su relleno de poliestireno expandido (EPS), también conocido como plumavit.
Desde los años 40, boyas y flotadores se habían fabricado mediante la técnica del rotomoldeo, que consiste en calentar el exterior de un molde que en su interior contiene los polímeros a fundirse. Para evitar que boyas o flotadores pudieran fallar, una vez manufacturados se rellenaban con EPS.
El problema es que cuando las boyas o flotadores rotomodeados se rompen, no hay forma razonable de deshacerse de ellos, ya que para reciclar el plástico y el EPS involucrado hay que separar mecánicamente ambos materiales, un proceso altamente costoso. Así, los deshechos de boyas y flotadores pueden terminar arrumbados y comenzar a soltar perlitas de EPS, que contaminan la tierra y, en especial, el mar.
Wenco ofreció al mercado en el año 2007 boyas para la miticultura fabricadas mediante soplado. Gracias a sus 60 años de experiencia en la manufactura de plásticos, en el año 2011 pudo desarrollar para Wenco Sur flotadores para balsas soplados. Ninguno volvió a requerir el relleno de EPS, ya que el aire basta para darle flotabilidad.
El flotador para balsas –que hoy suma cinco patentes– es 47 % más liviano que el rotomoldeado, flota 3% más por litro de agua. desplazado, utiliza 47 % menos de material plástico y posee 68 % más de resistencia al impacto y la flexión.
Boyas y flotadores soplados son 100 % reciclables. A eso se suma que la técnica de soplado, a diferencia del rotomoldeo, no necesita combustión, lo que se traduce en una huella de carbono final enormemente más baja. Es síntesis, el nuevo flotador significó una mejor solución para la industria acuícola y, al mismo tiempo, para el medioambiente.
Hoy boyas y flotadores sin EPS son el estándar en la industria de miticultura y salmonera. Incluso la competencia ha desarrollado sus propias versiones que, sin embargo, al tratarse de copias imperfectas, no poseen todas las ventajas de los modelos patentados por Wenco Sur.
Cuando se introdujo el nuevo flotador para balsas en el mercado, las compañías salmoneras se mostraron, en un principio, renuentes a usar un flotador sin EPS. Pero las pruebas hechas en tierra, así como su uso en el agua –que ya pasa del lustro– dieron cuenta de su seguridad, durabilidad y confiabilidad.
Una de las pruebas que más convencieron a los clientes en su momento fue la grabada en el siguiente video. El pasillo metal utilizado, propio de las balsas salmoneras, pesaba 490 kilos; el flotador, 16 kilos, y las piezas que sujetaban el flotador, 8 kilos, lo que dio una total de 514 kilos. El registro, pese a ser grabado en baja calidad, habla por sí mismo